La Fiesta Como Acto Social En La Historia

A lo largo del tiempo, una de las costumbres que nuestra sociedad ha adquirido con más firmeza es la de organizar eventos festivos para conmemorar algo. En sí mismo una fiesta no es más que un evento que tiene por principal objetivo reunir gente para celebrar un acontecimiento que para los organizadores resulta importante. Si nos remontamos siglos atrás, vemos que el hombre siempre ha requerido de la convocatoria de un grupo para realizar cualquier tipo de celebración. De esta manera una fiesta se convierte en un acto social en el que los presentes se hacen partícipes de lo acontecido.

Las primeras celebraciones festivas estaban vinculadas a motivos religiosos. De esta manera se organizaban eventos festivos para honrar a los dioses propios de esa cultura. El fin no era otro que agradecer un año de buenas cosechas o tratar de satisfacerles para que estos dioses les favorecieran el año próximo o les concedieran la victoria en alguna batalla. Culturas como la egipcia, griega o romana celebraban banquetes de este tipo y aún hoy en día en muchos poblados africanos se sigue haciendo. Con el devenir de los años la finalidad de los eventos fue evolucionando, centrándose más en lo terrenal que en lo divino. De esta manera aparecen las fiestas sociales cuyo propósito principal ya no es honrar a algún dios sino a algún ser humano. De esta manera, los personajes más relevantes de las castas superiores de muchas sociedades comenzaron a organizar eventos festivos en su propio honor y en el de sus invitados. La victoria en alguna batalla o la inminencia de un enlace matrimonial eran motivos habituales para celebrar banquetes.

En los tiempos modernos y contemporáneos desapareció el sentido religioso instalándose definitivamente el acto social como principal motor de la organización de una fiesta. De esta manera aunque la causa principal fuera la celebración de un bautizo o boda, el hecho es que se trata más de un evento social que cualquier otra cosa. En nuestra época, las fiestas están muy presentes en nuestra sociedad, habiéndose convertido en un acto de disfrute, en todos los estamentos y magnitudes muy diferentes.
Paralelamente el entorno en el cual las fiestas se han ido celebrando han evolucionado. Originalmente, en todas las poblaciones existían lugares de reunión habilitados a tal fin en los que la gente preparaba comidas colectivas acompañadas de danzas y música. En muchos pueblos europeos siguen existiendo estos emplazamientos y se mantienen estas costumbres, como es la fiesta ocasionada con motivo de la matanza. Palacios y palacetes han sido objeto de múltiples fiestas a lo largo de los tiempos. Estas caracterizadas por el lujo y la presencia de abundantes manjares. Hoy en día el emplazamiento de una celebración y varía mucho según el motivo que la convoca. De esta manera es habitual organizar convites en carpas para fiestas en bodas, bautizos etc.